En “No somos nadie en desconcierto”, Chopito y Mamón rescatan y reclaman la herencia del arte de los juglares, esos que declarados por reyes infames y malditos, en otros tiempos viajaron de pueblo en pueblo, de camino en camino sin más equipaje que un puñado de versos ypalabras guardadas a buen recaudo en sus bolsillos.
Adoptan y reviven en sus propias carnes algunas de sus múltiples facetas con la profesión y oficio de alegrar y
entretener a las gentes por un puñado de monedas.
Chopito y Mamón son juglares del siglo XXI, de una nueva época, pero hay cosas que no cambian: Siguen siendo charlatanes, recitadores, infamados-infames,
vividores, hombres de buen comercio y buen bebercio, malas compañías (las mejores), figurines andantes,
fracasados, triunfadores, caballeros, haraganes, profetas, galanes, embaucadores, farsantes, soñadores, poetas…
